Nota Importante:

Los 3 asteriscos contenidos en algunos capitulos o one shoots, indican: Inicio y Fin de algun recuerdo...

"Un Amor Extrañamente Ideal" Cap4



-No, déjame-… - ya te pedí perdón-…. – Maar-… - despierta-…
-nooo!!!- desperté gritando exaltadamente…  –que paso abuelo?- pregunte.
-eso es lo que yo quisiera saber, porque despertaste tan asustada de esa forma… y que es todo eso que decías- indago.
-bueno, este… yoo…pues, ocurrió algo extraño esta mañana mientras Salí a correr, nada grave claro, tropecé con un… u-una chica y… - alce la mirada y vi el reloj de pared… -mira la hora abuelo se nos está haciendo  tarde- logre cortar aquella conversación la cual aun me tenía un poco avergonzada.
-y… a donde se supone que vamos eehh??- pregunte dudosamente mientras bajábamos las escaleras.
-quiero llevarte a conocer mi segundo hogar- dijo felizmente esbozando una sonrisa.
-como que tu segundo hogar??- mis ojos se pusieron como dos enormes platos…
……………………………5 MINUTOS DESPUES….EN EL AUTO…………………………………

Me sentía un poco incomoda con el atuendo que llevaba puesto.   El abuelo había logrado convencerme en usar un vestido y unas enormes zapatillas demasiado puntiagudas.   Me sentía extraña, ya que era la primera vez que usaba uno… aunque debía admitir que era muy hermoso, pero me era raro decirlo.  
Por más que le interrogaba, no lograba hacer que me dijera hacia qué lugar íbamos.
Finalmente estaciono el carro frente a un gran edificio, bajamos del coche y tiro de mi mano seguidamente.  Entramos al edificio y caminamos por cada uno de sus enormes pasillos… llevándome hasta un gran y enorme despacho.

--toma asiento, enseguida regreso, iré por unos papeles-
--está bien- asentí… arregle un poco mi cabello que comenzaba a esponjarse
--aun así siempre te veras linda-  se escucho una voz.  Observe a mí alrededor, pero no hallaba de dónde provenía.
De repente la silla giratoria que se encontraba frente al escritorio comenzó a moverse de un lado a otro.
--quien está ahí!!- me pare un poco asustada… lentamente la silla comenzó a girar a mi dirección, mostrando a aquella persona…
--como se nota que ya me olvidaste tan pronto chiquilla tontuela-
--Michell?... eres tu!!!- mi corazón quedo atónito y en silencio.
--pero como…que haces aquí…digo...nunca pensé verte aquí-
--creí que no me reconocerías enseguida, ahora veo que no me has olvidado- esbozo una enorme sonrisa y me abrazo.  Mi corazón comenzó acelerarse inexplicablemente… ¿estaría asustada?... ¿emocionada?... era algo difícil de comprender…
--interrumpo algo- cuestiono alegremente el abuelo cuando entro nuevamente al despacho.
--espero que te haya gustado la primer sorpresa hija- menciono el abuelo.
--pero como… cu-cuando llegaste Michell… porque no me habías dicho que ya estabas aquí en México-
Me sentía tan nerviosa que ya hasta tartamudeaba.  Michell era como un hermano para mí.   Nos conocíamos desde que éramos pequeños, estudiamos juntos en el jardín de niños, en primaria, secundaria, con excepción de la preparatoria; fue ahí donde nuestra amistad tan cercana dio un giro de 180°.
Recuerdo aquella vez… aquel incidente…del cual,  promesas surgieron entre nosotros…


*** Hace 3 años…
Madrid, España

--Es una noche muy hermosa, mira Michell- apunte hacia el cielo, --hasta parece que las estrellas nos aplauden con ese centellear que llevan a ritmo- el cielo estaba demasiado estrellado, algo que no se había visto en mucho tiempo por aquí en Madrid.  Al parecer, se habían reunido en el momento indicado, en el cual las veríamos todas juntas por última vez.

--si, es demasiado hermosa… la noche- plasmo su mirada hacia el cielo como lo hacía yo.  Sentí sus dedos sobre mis manos, fue ahí donde yo voltee a verle.  Sus ojos se dilataron profundamente, se comenzó acercar lentamente hasta mí;  yo solo alcance a cerrar mis ojos hasta sentir aquellos suaves y delicados labios sobre los míos.  No podía describir lo que sentía ahora, mi corazón no respondía como lo hacían mis labios a la par. 

--no… Michell…- dije separando mis labios de los suyos. – Yo te quiero, pero no puedo corresponderte de esta manera- era inevitable no dejar correr una lagrima en ese instante. –Eres, como un hermano para mí- finalice, seguidamente me levante solo para irme.
--espera- dijo el tomando mi mano. –perdona, perdóname por lo sucedido… sé que no debí hacerlo, no debí.  Pero hay algo que tú no sabes y creo que es el momento de que lo sepas… solo restan unos cuantos minutos para distanciarnos por no sé cuánto tiempo, ya que no se si nos volveremos a ver- se aferro a mi profundamente. – soltare tu mano, pero por favor; solo te pido que me escuches un momento- soltó mi mano.  Un silencio profundo prevaleció por 15 segundos, mi cuerpo estaba inmóvil e inerte; aunque si, mis pies estaban mas que preparados para salir corriendo de allí; pero, algo en dentro de mi detenía todo aquel movimiento superficial que intentaba hacer.  Lo peor ya había ocurrido sin poderlo evitar, que mas podría esperar. 
--habla… yo te escuchare- musite con una voz leve.
--pero quiero que me mires a los ojos… esto que diré, es un secreto que llevo guardado desde hace tiempo… podrías voltear…- no podía volver a mirarle a los ojos, estaba demasiado avergonzada.  De un momento a otro solo gire lentamente para encontrarnos frente a frente; aquellos ojos vidriosos apunto de soltar aquella lagrima se plasmaron directo a los míos en son de suplica.
-- yo…- su mirada decayó inmediatamente. - te amo… desde hace 3 años, este sentimiento me ha acompañado en lo más profundo de mi corazón-- continuo… --a pesar de ver que de un momento a otro anduviste con Santiago por un tiempo antes de aquel doloroso accidente, yo nunca perdí la esperanza de que algún día tu y yo podríamos estar juntos.- mi corazón se paralizo por un instante, volvió acercarse lentamente hacia mí, pero sin intenciones de besarme.
--sientes eso- tomo mi mano y la coloco sobre su corazón… --es lo que tu provocas en mi; una emoción y un fervor tan inmenso e incontrolable- me abrazo repentinamente.

Mi corazón comenzó a reaccionar poco a poco y mi mente a recapacitar.  Ya me sentía un poco confundida.   El había mencionado aquel horrible accidente donde había perdido a mi primer amor.  Fue un momento tan doloroso, después de aquella perdida había jurado que jamás volvería a enamorarme, pero Michell me dijo que eso era algo absurdo de mi parte.  Me fue muy difícil recuperarme de aquel momento, pero Michell siempre estuvo a mi lado ayudándome y apoyándome; él era mejor que nadie para permanecer junto a mí en aquellos 7 meses de inmenso dolor y tristeza que soporte su perdida.  Siempre me sentía más cómoda con Michell que con otros chicos.
 Sentía que debía corresponderle, por todo lo que había hecho por mí, pero no podía, no podía estar con él, ni engañarlo a él ni a mi misma; no lo amo con la misma intensidad con la que él me ama.

--solo quiero que me des una oportunidad para demostrarte todo el amor que siento por ti- dijo mientras acariciaba mi cabello.
--no lo sé Michell- respondí mustiamente. Un silencio atroz inundo en mis labios por largo rato.  Nuestros cuerpos seguían unidos mientras las estrellas continuaban centelleando de una manera tan agradable y apacible.
--lo pensare- musite repentinamente… --s-solo… dame tiempo-…--ya es muy tarde, debo irme- aquella cercanía que habitaba entre nosotros poco a poco se rompió en mil pedazos.
--espera- dijo el antes de irme. –Quiero darte esto- extendió su mano con un bello collar colgando entre sus dedos, se acerco y lo coloco en mi cuello. –quiero que siempre me recuerdes a cada momento, que nunca me olvides… promete que no vas a olvidarme… promete que si alguna vez nos volvemos a ver me darás esta oportunidad que tanto he estado esperando.
--pero Michell, no pued…-- coloco su dedo índice sobre mis labios.
--promételo… por favor- repentinamente sus ojos se mojaron con aquellas lágrimas de desolación.
--está bien… te lo prometo- el ultimo abrazo… las ultimas lagrimas corrían por mis ojos acompañando a las suyas… el último momento de una gran amistad… ***


--luces diferente Michell… no te pareces en nada al Michell que yo conocía-- rio seguidamente.  Debía admitir que su atuendo lo hacía lucir demasiado varonil de lo normal.  Sus zapatos eran igual de brillantes como su sonrisa.
--claro que no… me veo más guapo ahora, verdad?-- su cuerpo estaba demasiado cerca al mío.  Trague saliva nerviosamente.
--s-si, claro, eres más guapo- alegue dando dos pasos hacia atrás.
--tranquila… estas nerviosa?... espero que no, porque estaremos trabajando juntos por un largo tiempo.
--eehh?... de que estás hablando?- le cuestione.
--oh, por lo visto tu abuelo no te ha mencionado nada… acabo de arruinar la sorpresa.- esbozó una gran sonrisa oculta.
--sobre qué?- dije exaltada. –habla Michell!!- golpee su antebrazo izquierdo.
--auch!- se quejo. – eso no me corresponde a mi decírtelo… ve con tu abuelo para que te diga, te veo al rato en 30 minutos- dejo un beso en mi frente y se retiro del lugar.
--bien… ahora si que estoy confundida y a la vez enfadada-  me sente en el sofá, tome la botella de agua que estaba sobre el escritorio y di un sorbo.


Me levante enseguida del sofá recorriendo cada pasillo del edificio.  Al parecer buscar al abuelo era una tarea difícil, además de que el edificio era de unos 16 pisos de altura. 
¿Trabajar yo, para el abuelo?, como para qué?…  me era difícil entender aun, pensando en Michell que estaba aquí.
Salí del edificio, a lo mejor y lo encontraba por el estacionamiento.  Al parecer una empleada venia hacia donde yo estaba:
--disculpe… de casualidad ha visto a mi abuelo?- le pregunte
--eeh?... su abuelo?... y usted es…-
--soy su nieta… mi nombre es Mar Rosell, mucho gusto- extendí mi mano presentándome.
--oh, usted es Mar, será un gusto estar a sus ordenes señorita, mi nombre es Angelic- dijo correspondiendo el saludo sonrientemente.
--eehh, si, gracias… Angelic- dije un poco extraña.  Mire hacia la parte de atrás, habían varios fotógrafos y camarógrafos, miles de flashazos salían por doquier. Al parecer se encontraba alguien importante en el centro de ellos.  Angelic miro hacia donde yo veía.
--la celebridad ha llegado- dijo ella. –Señorita… su abuelo debe estar ahora en su despacho-
--si, muchas gracias- concluí.  Angelic se retiro yendo hacia los fotógrafos.


Regrese al edificio.  Acelere el paso un poco.  Me detuve en la entrada, estas zapatillas estaban matando mis pies.  Me los quite por unos segundos para relajarme, me encorve un poco y comencé a masajearlos.
--¿no es un poco vergonzoso?- una voz suave y varonil se escucho frente a mí.   Levante lentamente la cabeza para mirar hacia arriba.
--t-t-tu… eres…- mi mente comenzó a dar vueltas, recordando aquel incidente con aquella chica.  Mis ojos se pusieron como dos enormes platos bien redondos. –t-tu eres… esa chica--.
--que!- grito furiosamente. Me levanto por los hombros mirándome con enojo. –Lo has vuelto a decir- dijo en tono serio.

--sigues creyendo que soy una mujer?- me pregunto. –Veo que eres ingenua para no notar la diferencia- alego en un tono burlón.
--entonces… no es una mujer?- pregunte dudosamente.
--lo quieres averiguar?…- me tomo de la mano y tiro de ella bruscamente.

--adonde me lleva… suélteme.- caminaba demasiado rápido, incluso iba descalza, las zapatillas las llevaba en mano. Por más que forcejaba mi mano para que me soltara, no lo hacía, el la apretaba cada vez más fuerte.
Me empujo a un pequeño cuarto, al parecer era el de la limpieza.
--para que me trajo aquí, déjeme salir- le dije furiosamente.
Me acorralo en una de las pequeñas esquinas del cuarto, sus ojos se fijaron en los míos con demasiada seriedad, la furia emanaba de ellos.
Se acerco a mí y me sorprendió con un fuerte abrazo. Un silencio permaneció acompañantemente. Sentí algo extraño en ese instante que su cuerpo pego contra el mío, pero debía admitirlo… me sentía bien estando así en este momento, como cuando estaba con Michell.   


No hay comentarios: